En 2007, en Malí sólo había 28 personas menores de 25 años con diabetes. No es que la diabetes tipo 1 (T1D) no existiera en la nación africana, sino que la enfermedad no se diagnosticaba ni se trataba lo suficiente, lo que provocó la pérdida de innumerables vidas.
Hasta mediados de la década de 2000, la mayoría de los jóvenes de Malí morían un par de años después del diagnóstico de una T1D. La insulina no estaba ampliamente disponible y costaba aproximadamente 11 $ por vial. Las jeringuillas y las pruebas de diagnóstico no eran fácilmente accesibles y también suponían una carga financiera para quienes las necesitaban. También eran frecuentes los problemas con la cadena de suministro de medicamentos y equipos de laboratorio. Los pacientes y sus familias tenían que asumir la totalidad del coste de la gestión de la diabetes, ya que no se disponía de ayudas gubernamentales ni de otro tipo.
Pero solo cinco años después, el pronóstico para los jóvenes que viven con T1D en Mali era radicalmente distinto. Gracias a la intervención de Life for a Child, un programa que trabaja para proporcionar atención diabética en todo el mundo en desarrollo, y de la ONG francesa Santé Diabète, se salvaron cientos de vidas malienses.
En la actualidad, el número total de jóvenes con T1D en Malí supera los 1000.
El programa conjunto entre Life for a Child y Santé Diabète comenzó con lo básico: proporcionar a los jóvenes insulina y los suministros que necesitaban para controlar su T1D. Después, en 2013, Life for a Child llevó a cabo una campaña de carteles en centros sanitarios de todo el país para concienciar sobre los síntomas de la T1D y evitar así muertes por diagnósticos erróneos o tardíos. Se distribuyeron más de 1600 carteles por todo Mali. La campaña tuvo un enorme éxito a la hora de facilitar diagnósticos más oportunos de la diabetes tipo 1.
Santé Diabète trabaja ahora en estrecha colaboración con el gobierno maliense para garantizar la atención médica y la educación diabetológica de su población. Life for a Child apoya estos esfuerzos ayudando a suministrar artículos esenciales como insulina, jeringuillas, tiras reactivas, pruebas de HbA1c y recursos educativos.
Gracias a estas medidas, la gestión de la T1D en Malí es mucho mejor que hace 15 años. Los niños y jóvenes diabéticos de la mayoría de las zonas de Malí pueden acceder ahora a la atención sanitaria. Se han abierto 32 clínicas de diabetes en diferentes regiones del country y ahora hay especialistas en T1D en los hospitales locales.
«La asociación entre Santé Diabète, Life for a Child y las autoridades malienses ha contribuido a cambiar la vida de los niños y jóvenes adultos con diabetes tipo 1. La situación hoy es radicalmente diferente en Malí.»
Stéphane Besançon, CEO of Santé Diabète